Mis relaciones personales.

            Nethuki ha sido la persona más extraordinaria que he conocido en Sri Lanka. La primera vez que la vi me enamoro. Por donde pasaba inspiraba felicidad, todo era más alegre. Siempre sonreía. El primer día que la conocí, me regaló un elefante de cerámica. El resto de días transcurrieron: pintando, con juegos, hablando, intercambiando cultura. Nethuki tiene sobre 8 años y es la hija del hostel donde me hospedé tres noches en Mirissa. 

Ha resultado divertido conocer gente todos los días, la mayoría de ellos extraordinarias personas. Lamento no poder volver a velos más.

 

            Ha sido fundamental el pernoctar en los hostels donde al caer la noche, volvíamos todos y compartíamos experiencias, en especial el de Dambulla, donde estuve tres noches. Una larga mesa que estaba metida en el jardín, daba paso a largas veladas mientras consumíamos las birras y la comida que encargábamos en el hostel. 

Y yo sin saber nada de inglés (aunque me podía llegar a comunicar con quien quería comunicarse con migo). Tras 10 días escuchando y hablando solo en inglés, comencé a entender cosas, y a partir de ese momento fui capaz de tener una conversación dirigida por mí.

Y todas esas conversaciones que he tenido con gente que comenzaba diciéndome que ellos no hablaban inglés (sobretodo gente local). Yo les respondía: no problem, yo tampoco. Y éramos capaces de comunicarnos con gestos o palabras, un poco en Bereber.

 

Realmente, lo que tiene el no saber inglés, es que no tienes que aguantar a nadie que realmente no quieras aguantar, bastaba con un “¿You speak spanish?” y arreglado, yo lo utilizo mucho para deshacerme de cualquier pesado que me quiera vender algo.

Todos los días había gente interesante que conocer:

La primera persona que conocí, era un suizo que viajaba por el mundo haciendo parapente en las montañas. Cené con él y al día siguiente me invito a una birra en un local de moda. Una persona de unos 25 años extraordinaria.

 

Conocí a una chica polaca, que estaba en viaje de novios con su marido, le habían robado el bolso de un tirón en Mirissa, una conversación que se podía haber estirado horas y que duró apenas 10 minutos.

Una noche conocí a un chico de Puerto Rico y al día siguiente compartimos tuk tuk, bus y ascenso en Sigirilla. Este si era extraordinario. Se bajó corriendo ya que tenía  que coger un bus y ya no lo vi mas. 

Y contacté con un español para quedar a hablar. Quedamos en compartir una moto que llevaba él. El segundo día me dijo: es que todo lo que te digo, te parece mal. Tienes razón, le dije yo. Al día siguiente nos separamos. Hay ciertas personas con las que no tienes filin.  

Clôe, una simpática francesa de unos 25 años que comenzó el viaje con sus padres en resorts y ahora continua sola de hostels. Va a recorrer no sé qué islas.

 

            Me hospedo en Batticaloa en una playa a 8 km de ningún sitio, sin posibilidad de conseguir comida ni birra. Solo una cama y una sombra con buena música. Fue una de las mejores veladas con el dueño y dos chicas alemanas de 22 y 27 años, hasta hicieron un dibujo en una de las paredes.

A Ella, llegue el día de luna llena, lo que significaba que no vendían alcohol. Pronto se sentó a mi lado en la terraza el encargado del hostel y pronto hicimos un trueque en el que yo obtenía una birra de 500cc. Y posibilidad de comprar más. Este chico, me trató muy bien.

 

            Al comenzar una ruta de senderismo, una chica andaba detrás de mí uno 30m y pronto nos unimos para hacer el recorrido juntos, era una Austriaca que trabajaba en un banco y estaba de vacaciones. Juntos subimos el Ella Roc y juntos bajamos y nos despedimos para no vernos más. Esa gente con la que vas cómodo.

En un hostel me abordo un italiano (Stefano) y comenzó a explicarme como llegar a Adam´s Peak y lo vi tan complicado que le propuse acompañarle aunque eso implicase cambiar mis planes. Stefano es un joven pizzero italiano de la zona de las dolomitas, zona por la que tengo un especial interés. Pasé dos días con él y con Delfina, una chica argentina que nos acompañó. Stefano me ha invitado para enseñarme las dolomitas.

En la cima de una montaña, conozco a Romina y al día siguiente dejo los compañeros que tenía y me voy con ella dos días a Kandy que era mi dirección. Romina viaja con bajo presupuesto, aquí se puede viajar con muy poco.

 

            Y dejas a uno, y conoces a otro. No Problem.

            En un hostel me ponen en la habitación con un italiano, nos subimos al ático y terminamos cantando con el dueño y tres de sus amigos. Más de dos horas de birras, whisky y pulsos. Tras un pulso, uno de ellos me dijo que tenía su respeto. El otro me propuso algo, que yo entendí como relaciones sexuales, que con educación no acepté. Tuve una intensa relación con el italiano, y con los locales también.

            En un tren en el que viajamos derechos más de 6 horas, contacté con un grupo de jóvenes locales, todos ellos con trabajo (5 ingenieros civiles y un representante de Don Simón –un vino español-). Estaban de fin de semana, venían de fiesta y se iban a pasar la noche en una montaña ¿?. Compartimos fruta, fotos, música, galletas,… Entre otras cosas, les dejé encargados de que me avisasen cuando llegase mi estación “Nuwara Ella”. Y ya ves el disgusto que cogieron cuando se enteraron de que ese tren, no pasaba por esa localidad. Enseguida me averiguaron donde debía apearme para poder llegar a Nuwara Ella. Buena gente.

            Llego por la tarde a un hostel, decido ir a ver una cascada y al salir llegan dos francesas que dicen que se vienen con migo, dos hermanas de Paris muy alegres. Nos despedimos al día siguiente y dos días más tarde nos volvemos a encontrar y hacemos una ruta de 10 km por los campos de te Lipton, y nos volvemos a despedir. Tres días más tarde, mientras hacía una ruta lineal por la costa, me las encuentro en la terraza de su hostel desayunando. Jen me dice mirando a la playa: mira una tortuga. Y estuve nadando más de 20 min con la tortuga. Luego se comió un producto local y me regaló el recipiente que era de barro. Este es un recuerdo de los que me gustan.

            Vahesa, era una joven chica cingalesa de unos 25 años que vivía en la playa y hacía surf. No acepto tomar un zumo con migo y eso que había conexión. Viajamos 3 o 5 horas juntos en el bus. Hasta llegar a Haputale donde yo me bajé y ella siguió su camino. Hubiera sido interesante hablar con ella. Aquí la mujer está en casa y se casa virgen.

            Aquí, multitud de personas coinciden diciendo lo mismo. ¿Qué buscas sexo?, ¿con hombres? Este viaje, me ha hecho replantearme mi sexualidad. Y uno de mis mentores con el que estoy en contacto, siempre me dice lo mismo: ¿pero cuál es el problema?, le das la vuelta y es lo mismo. ¡No sabes lo que te pierdes!. Esto te hace replantearte tu sexualidad. Aunque yo no lo veo. De momento.

            Llegando a la playa, veo como un pescador tira varias veces la red sin recoger nada, por lo que me acerco y le doy una birra que me sobraba. Y me voy a tomarme mi otra birra y algo de comida callejera a unos 200m, sentado en la playa. Pronto me sentí atacado por multitud de cuervos y un perro. Y se me acercó el pescador y me los ahuyentó a todos. Estuvimos hablando de las mujeres y de los hijos, del trabajo y de la felicidad, todo ello sin saber ninguno de los dos inglés.

            En Tangalla, un joven de 26 años que trabajaba en el hostel, no me dejaba tranquilo, todo el tiempo ofreciéndome cosas (vicio), hasta el punto de que cuando se dirigía a mí, yo sin dejarle hablar le decía no, no, no, no, no. No a todo. Por la noche, cuando todo estaba apagado, lo que me ofrecía era sexo en la habitación de los masajes. Decía que allí no había cámaras. Al final le hice un estiramiento de columna y me fui a dormir. Replanteándome mi sexualidad por supuesto. Con දිල්ශාන් දිසානායක sigo en contacto por Facebook. 

            Y con una “china” estuve hablando una noche, y fue toda una experiencia. Una joven y delgada china que compraba y vendía empresas en China. Tenía 15 días de vacaciones al año. Me enseño a contar hasta 10 con una mano. Que tono tan dulce en su hablar.

            9 horas estuve en un pesquero esperando ver peces para pescarlos, pero ni siquiera tiramos las redes. No hubo jornal para los pescadores. Hubiera sido más reconfortante si hubiésemos pescado mucho, al fin y al cabo, a mí no me afecto, pero en el barco éramos 7 personas.

 

Estas son las cosas, por las que merece la pena viajar.

Sri Lanka

 

Destino: Sri Lanka

Fecha: Del 7 de enero al 7 de febrero de 2019.

Participantes: El de siempre.

Ruta: Mochileando por Sri.

Longitud / duración: Enero: El mes con pocas horas de sol (Aquí).

Acceso:

·        Avión desde valencia con mochila facturada de 30kg.

Material: De playa.

Reseñas utilizadas: Google y Guía de Lonely Planet. “Demasiado para luego poder disfrutar”.

Descripción:

Que si la perla del pacífico, que si el antiguo Ceilán, que si la lágrima de la India. Cuanto más se, menos me atrae. Es ese destino elegido por un programa de TV: Pekín Exprés.

Siempre pensaba que si los concursantes podían pasar el día con un euro, que no iba a poder hacer yo con el doble o el triple de presupuesto?.

 

Sri Lanka (Según El País).

La imagen más conocida de la antigua Ceilán son sus playas de arena dorada, pero Sri Lanka tiene otra cara diferente: la de sus montañas y la neblina disolviéndose poco a poco para dejar al descubierto plantaciones de té color esmeralda, bosques y montes aislados. Son las tierras altas de la isla, una refrescante huida en la que abrigarse con una chaqueta de lana durante el día y acurrucarse junto al fuego por la noche. Solo hay que montar en un tren y poner rumbo a Kandy, introducción perfecta a la idílica región de Hill Contry.

 

En el centro urbano, de casas y hoteles coloniales, los tuk-tuks derrapan al doblar las esquinas, esquivando a las mujeres envueltas con saris de seda multicolor. Kandy fue la capital del último reino cingalés, que sucumbió a los británicos en 1815 tras resistir tres siglos frente a portugueses y holandeses. Actualmente conserva concurridos mercados callejeros y restaurantes que sirven platos auténticos. El tiempo pasa rápido entre su lago, que preside la ciudad, sus museos y sus jardines botánicos, aunque lo que todo el mundo visita es el Diente de Buda.

 

 

 

En los alrededores se despliegan colinas verdes tapizadas de plantaciones de té y vistas espectaculares, como las asombrosas alturas del Fin del Mundo o la cima sagrada del pico de Adán. Otros puntos de interés son el pueblo de montaña de Nuwara Eliya, importante enclave colonial británico que conserva buenos hoteles y nostálgicos salones de té de aquella época, así como la pequeña localidad de Ella, punto de partida de muchas excursiones por la zona que culminan en los atractivos cafés de excelente comida casera en su calle principal.

Del 07 -01-2019 al 05-02-2019

Sri Lanka 2019

            ¿Por dónde comenzar a describir un viaje así?:

-         Por las cosas que he visto?,

-         por las que no he visto?, 

-        por lo que más me ha gustado?,

Buen ejemplo de la música local.


ESTA ES LA GENTE CON LA QUE HE CONVIVIDO UN MES, la gente de Sri Lanka.

Nethuki, una niña de unos 9 años, venia todas las tardes a hacerme compañía hasta la hora de cenar. Era la hija de la dueña del hostel. Nos poníamos a dibujar, o a pelear. Al final me quedé tres noches.

Me iba a ir a dar un paseo lineal de 11km (desde Mirissa hasta Matara) bordeando la costa y aún no había pisado la playa, desde una barcaza empiezan a gritarme unos pescadores, y en menos de dos minutos me había enrolado para salir con ellos a faenar. 9 horas en el mar. Me dieron de comer, de beber, de fumar y conversación. Sobre todo, tenía una especial sensación de tranquilidad, junto a aquellos desconocidos.

Estaba compartiendo una cerveza en la playa con un viejo pescador, vino un amigo suyo y termine cenando en su casa, con su mujer y su hija. Tuve mis caprichos solucionados y conversación local, esta era su segunda mujer, a la primera la había matado el tsunami, y se puso a llorar.

Llegue solo a Hambantota, un poco a la aventura sin saber dónde dormir. Me bajo del bus, ando 100m, me aborda uno y me dice que en su casa tiene una habitación de matrimonio con baño para mí, por 4€ la noche. Una vez instalado me ofreció todo lo que pudiese necesitar a precios locales, él lo consigue para mí sin recompensa. Me insistió en que tenía que volver en el 2020.

A mí que me gusta andar, en Pakisuda me quedé alojado un poco lejos de todo, y aunque conseguía llegar a todos los sitios, los caminos eran llanos y rectos, por lo que una bicicleta sería ideal. Al desayunar a la mañana siguiente se lo comenté a la dueña del Hostel y me dijo que no tenía bicicletas. Al terminar de desayunar, me había conseguido una (de algún vecino imagino). 

Todos los que tienen Tuk Tuk son taxistas, y aquí lo tiene todo el mundo. Cada vez que te cruzas con uno, te pita o incluso para por si le necesitas, y con una sonrisa y un no gracias basta para que te dejen tranquilo. Esta gente sabe dónde está todo y no duda en darte las mejores recomendaciones. Aunque no te lleven ellos.

A un hostel vinieron 4 chicos de Colombo, tras cruzar unas palabras, les comento que el único problema es que no había cerveza. Me subieron a su coche y en 5 minutos estábamos en una Wine Store. Al finalizar la jornada quedamos para vernos en colombo y tomar algo juntos.

Había un andamio con una escalera que subía a una pagoda que le faltaba la parte superior. Pensando en que las vistas desde lo alto serían fantásticas, tiramos para arriba sin pensarlo dos veces, al llegar a lo alto había un militar armado con un fusil. Nos explicó que llevaban 6 años construyendo el templo y que podíamos trabajar como voluntarios. Descargamos una gran carretilla de ladrillos cocidos al sol, que otros voluntarios iban poniendo.

Se cruza en mi camino un Parque Nacional y decido entrar: 10€ 2km de parque. Antes de entrar, hablo un poco con dos de los guardas y emprendo lentamente mi recorrido, después de 1 km en el que había hecho varias paradas, no había visto nada extraordinario. En ese punto me estaba esperando sentado en un banco, uno de los guardas del parque para invitarme a un peta y hablar un poco. El peta lo hizo como se hacen aquí, con el papel de una cajetilla de tabaco. Tras mas de una hora de palique, comenzamos el km que faltaba para terminar, pero en esta ocasión, el guarda me mostró todos los animales, y hay que ver la cantidad que vimos, incluso un lagarto de la isla que fuimos buscando mas de 200m golpeando el suelo con ramas. Panales de abejas, madrigueras de puerco espín, un águila, todos los pájaros…

Y llegas y te preguntan: que necesitas? Sexo?, con hombres?, cama?, alcohol?, alimentación?.

Preguntas en la estación de autobuses por un Bus concreto, y te acompañan hasta tu autobús y le dicen al conductor a dónde vas. Luego el conductor te avisa para que bajes en tu parada. 

Esta gente es así.

Los turistas.

Aquí, todo el mundo tiene sus motivos y sus formas de viajar.

Una pequeña parte de los turistas son gente trabajadora que emplea sus vacaciones para viajar, estos suelen tener un presupuesto alto, son de china, de Europa y U.S.A, hacen todas las excursiones programadas de pago, aunque aquí es más frecuente el mochilero también de estos continentes.

Estos sujetos tienen entre 20 y 35 años y viajan con poco presupuesto ya que no tienen trabajo estable y su intención es prolongar lo máximo posible el viaje. Gente sin responsabilidades que vagan de un lado a otro hasta que se les acaba el presupuesto. La idea no está mal, buscan trabajos en países avanzados y luego gastan el jornal en Asia. 

Trabajar de camarero en Suiza o Australia, cortar salmón en Noruega, cosechar marihuana en California, hacer malabares sobre la marcha… son algunos ejemplos que conozco y que en poco tiempo genera un buen presupuesto para viajar de este modo.

Estos se mueven por hostels donde por 2 o 4€ puedes conseguir una cama en una habitación compartida con 4 o 10 personas más (con lo cual, aun viajando solo, estas acompañado). En Asia se puede vivir con un presupuesto inferior a 10€ diarios, todo incluido.

Menudos getas, estos son los que quieren cambiar el mundo sin aportar más que opiniones obtenidas de google. Van por los lugares criticando todo: que si los niños necesitan, no sé qué. Que si las casas son malas. Que si maltratan animales. Que si está todo muy sucio… que bonito cuando se viaja sin responsabilidades, que fácil es criticar (me gustaría saber quién se hace cargo de ellos cuando enferman). Pretenden pagar por las cosas lo mismo que la Local People. Lo mismo que un trabajador que gana 250€ al mes, con lo que tiene que mantener una familia y una casa. Eso no es la igualdad. Eso de conseguir 3.000€ en un mes y luego hacer que te sirvan los menos favorecidos, es una falta de respeto. 

Durante una conversación mientras cenaba en casa de un pescador, salió el tema de los vehículos, y le dije que yo tenía una moto y el precio de lo que valdría nueva –unos 6.000€-, y comenzamos a sacar cuentas para pasarlo a rupias: 3.935.742 Rupias. En ese momento me sentí avergonzado de haber gastado todo ese dinero en una moto, él ganaba 130.000 al mes. Se me pasó pronto cuando me acordé de la moto. Aquí, yo soy uno más.

Aunque esto sea una dura crítica a estos turistas, yo entiendo que la sociedad en la que vivimos no aporte nada mejor. “La sociedad de consumo”, frente a sobrevivir con la totalidad de tus pertenencias en una mochila, y un par de tarjetas de crédito. 

Una felicitación a toda esta gente que de una u otra manera, hace lo que les apetece sin hacer daño a nadie.

El paisaje:

Creo que debo haber hecho una media superior a los 20Km diarios andando. Todo por buenas sendas y caminos. Los fuertes desniveles se sortean con escaleras o curvas. Un terreno en su mayoría arcilloso y rojizo, bañado por el indico, las playas son de arena en su mayoría con abundantes restos de coral. En los pueblos, las casas se difuminan en la jungla. Los animales vagan a sus anchas: grandes lagartos, todo tipo de pájaros, pavos reales, murciélagos, perros, vacas, monos, cuervos, casi todos inofensivos. La rojiza arcilla, contrasta con los verdes de los árboles y sobre todo con el de los campos de té. 

Durante todos los trayectos he tenido a mi alcance agua, comida y transporte, aquí es fácil viajar.

No sé el motivo, pero muchos de los recorridos los he hecho en solitario y no me ha resultado muy cómodo, eso de estar en una playa paradisiaca y no ver a nadie tras 8km, no te da confianza para meterte al agua.

En contraste con lo desconocido, tras unos días de adaptación, lo que realmente te transmite el paisaje y las situaciones es “tranquilidad”. No Problem ha sido la palabra que más he escuchado.

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