50 años en la Croacia

Anécdotas

Las tragaperras.

Me llevé mis mejores galas para poder entrar a jugar al casino de Mónaco. Tras estar todo el caluroso día paseando por la ciudad llegue sobre las 16:00 en chanclas y todo sudado, aun así me dejaron entrar hasta las traga-perras (no a las mesas de juego). Tras sentarme frente a la primera máquina, saque el monedero repleto de monedas y me dispuse a introducir el primer euro. Y venga a buscar la ranurita de la moneda, por encima por debajo, me levanté a ver si estaba en alguno de los lados, no puedo ser tan tonto pensaba yo, hasta que uno de los trabajadores al ver mis maniobras intentando meter la moneda por todos los lados, se acercó disimuladamente y me informo muy amablemente de que la máquina solo funcionada con billetes. Ya ves.

Saque mi primer billete, lo introduje, le doy a la palanca y tras la primera jugada se queda bloqueada la máquina haciendo ruidos. Pronto se acercó de nuevo el trabajador informándome de que me había dado la suerte, de repente dejó de hacer ruidos y le pregunte tras ver un marcador ¿me han tocado 200€? A lo que me contesto: no 20€.

Los cobré y me fui todo contento de haber salido ganador.

 

Aun así no me llegó ni para el parking que costaba 5€ la hora.

La autopista.

En un viaje por Francia el año pasado, una de las máquinas de la autopista no me dio las vueltas del billete con el que había pagado. Me pidieron los datos y nunca me hicieron la devolución.

            En esta ocasión nos equivocamos de túnel al salir de una autopista y tras comunicarnos por el micro con la empleada, dijo que no había problema, que le dijésemos el número de la tarjeta y desde su oficina nos lo cobraría, así que comenzamos a dictarle: four, cuatre, cero, set… no había forma de que nos entendiese.

            Tras decirle más de 5 veces los 4 primeros números, se dio cuenta de que iba a ser imposible la comunicación, por lo que nos abrió la barrera y salimos sin pagar.

 

            Las que entran por las que salen.


Cuerno de Oro: Isla de Bras, pueblo de Bol.
Cuerno de Oro: Isla de Bras, pueblo de Bol.

Destino: Croacia.

Fecha: del 01 al 27 de agosto de 2020.

Participantes: Ella y yo.

Ruta: Valencia Dubrovnik y vuelta.

Longitud / duración: 27 días 5.400 Km.

Acceso:

Ida: Valencia Mónaco – Mónaco Motovum (Croacia).

·        Vuelta: Opatoja Trieste – Trieste Serraville – Serraville Villafranca del Penedés – Villafranca del Penedés Valencia.

Material: Chanclas, zapatillas, bañador.

Reseñas utilizadas: Guía de Lonely Planet.

 

Dificultades: Ninguna.

Descripción:

¿Y por qué Croacia? Pues muy sencillo: era un país en el que había tantos infectados y muertos de coronavirus como en Albacete. O sea na de na. Realmente el viaje se comenzó a planificar mucho antes de que apareciese esta enfermedad no obstante llegado el día de inicio, resultó ser uno de los lugares con mejores perspectivas en este sentido.

Croacia es un país lineal. Largo y estrecho que corre por el Adriático paralelo a Italia, con dos pequeños recortes en sus costas producidos por Eslovenia y Bosnia que son países interiores.

Es un país que tiene unos 650 km de carretera de punta a punta y unos 80 de ancho (excepto en su parte norte que tiene muchos más). Por este motivo, la visita se ha planificado en base a una ruta lineal de ida y vuelta, en la que para llegar a Dubrovnik he dejado lugares que he visitado a la vuelta.

Aunque la vuelta es posible visitando Bosnia y Eslovenia, por las circunstancias actuales había muchas restricciones.

 

Es curioso que un país de la antigua Yugoslavia, con tanta historia a sus espaldas realmente sea conocido por formar parte de los decorados de la serie Juego de Tronos.

Dubrovnik posee un casco antiguo muy bonito. Se trata de una ciudad amurallada llena de historia, pero lo que realmente se vende aquí, es la recreación de las escenas de Juego de Tronos, con la culminación de la escena del paseo de la vergüenza.

En fin, hay que hacer negocio con lo que se puede. Pocos son los que se detienen para observar los mapas donde cayeron las bombas 30 años atrás que destruyeron la mayor parte de la ciudad, la cual se encuentra reconstruida en su totalidad actualmente. Mapas donde se señalan donde cayó cada una de las bombas y que ocupan la mayoría del espacio. Esto es curioso.

 

Aquí las tías, al igual que los tíos son tirando a fondones. Aunque te puedes cruzar de l@s otr@s, seguramente sean alemanes o austriacas los cuales son el grueso del turismo.

La situación extraordinaria de este viaje ha sido el COVID. Debido a esto, el turismo no ha alcanzado los límites previstos para agosto, lo que me ha facilitado mucho el disfrute de parques nacionales, ciudades y playas.

El viaje de ida y vuelta hasta Eslovenia se ha realizado por autopista, pero toda Croacia la he hecho por carreteras secundarias.

Aquí, la gente va sin mascarilla, solo se usa en el supermercado y transporte público.

Este viaje que se ha planificado para visitar poblaciones, playas y montañas, tras 27 días, tengo que decir que ha sido muy repetitivo. Una vez has visto las playas de la península de Istria, todas las demás son más de lo mismo. En su mayoría playas con grandes rocas las cuales disponían de escaleras para facilitar el acceso al agua al igual que espacios artificiales entre las rocas donde  poder tumbarse. Una pasada de lugar.

 

No me ha resultado extraño ver unas aguas tan cristalinas en las playas, lo que me ha resultado curioso, es que se haya repetido en todas las playas. Una agua tan cristalina que te permitía observar sin problemas lo que había a varios metros de profundidad. Aunque lo que más me ha llamado la atención es que este fenómeno se repitiese en los puertos, aunque estuviesen muy cerrados. Puertos sin manchas de aceite ni basura flotando: Impresionante.

Ha sido un viaje en el que no he apreciado la cultura o estaba muy difuminada. Es como ir a cualquier otro país europeo. Todo lleno de restaurantes y pizzerías, tiendas y terrazas. Incluso en ciudades como Knin en la cual no llegaba el turismo, o se apreciaba una diferencia cultural.

Respecto a las montañas, hay mucha vegetación, con formaciones cársticas imprescindibles de visitar. El pico más alto “El Dinara” es un 1.800 y no tiene ninguna dificultad, equipado con diversos refugios y fuentes por el camino. Aunque por motivos climáticos no pude hacer cima, a partir de los 1.000m no existe vegetación por lo que puede ser un problema el sol.

Respecto a las ciudades, están muy cuidadas y limpias. Pero claro… No se puede pernoctar fuera de los lugares de pago autorizados. Aquí la estancia es cara, entre 30 y 70 € la noche en un camping.

 

Refugio improvisado de las lluvias en el Dinara.
Refugio improvisado de las lluvias en el Dinara.

Hubiera sido más fácil hablar bien de Croacia, si nada más salir del país no hubiera parado en Trieste (Italia), esta ciudad si es guapa. Recorre los últimos km del Adriático italiano antes de llegar a Eslovenia. Al llegar a Trieste y visitar la ciudad, te choca la diferencia que hay con todo lo que había vivido en este viaje, con todo lo visto en Croacia. Y nada más llegar, un gran espacio para estacionar y poder pernoctar. 

 

Trieste es una ciudad muy guapa llena de avenidas, monumentos y grandes fuentes. Una ciudad monumental.

Trieste
Trieste

Recorrido realizado

By Japama

Comentarios: 3
  • #3

    Pepe Arnal (sábado, 17 abril 2021 17:36)

    No entiendo como se me ha pasado ver tu artículo hasta hoy, ya sabes que soy un fiel seguidor tuyo.
    Aunque me repita, siempre me gustan tus relatos...

  • #2

    Japama (domingo, 20 septiembre 2020 14:50)

    No se hizo cima por ir acompañado. La verdad es que la ruta es muy sencilla.

  • #1

    Domi (miércoles, 16 septiembre 2020 20:58)

    Eres un fenomeno. Me ha estrañado q no hicieras cima 1800�