Esto es una lectura de montaña...


60h - 45´

 

 A las 02:30 de la madrugada del domingo, pretendía venir para iniciar el reencuentro. La idea era compartir tres días dos noches y poder charlar un poco. Las 02:30 de la madrugada del lunes, no me venía nada bien. 

 

 

 


Aunque finalizar el miércoles a las 23:45, facilitó una agradable despedida. Al final le pude convencer y vino a las 11:00 de la mañana, una buena hora. 

En total, desde las 11:00h del lunes, a las 23:45 del miércoles:

60 horas y 45 minutos con Sh.

En principio la idea era ir a la “RUTA DE LAS PASARELAS DE MONTFALCO”.

Habíamos quedado en Amposta donde Sh llegaría con el tren para luego ir a “El Congost de Mont-rebei. -donde se encuentran las pasarelas-  en mi coche. Fue fácil cambiar los planes y así ir a mi pueblo, donde tranquilamente hemos pasado gran parte de la aventura.


Nada más vernos en la puerta de la estación de autobuses, tuvimos claro lo de alejarnos de la gran ciudad y así poder cultivar nuestra pasión común (Vivir de otro modo). En menos de una hora, nos encontrábamos con los ojos inyectados en sangre vadeando el río (cruzando). Sh, enseguida apreció el entorno en el que nos encontrábamos. En este lugar, es fácil saber si puedes beber el agua que corre por los suelos, más aún, cuando conoces la fuente o manantial de donde procede esa agua y estás acostumbrado a beberla.

Resulta placentero enseñar a una persona como Sh esos rincones especiales que uno conoce, cuando ya te ha seguido durante tantos kilómetros, como es el caso. Sh, fue mi compañero en el treking del Huayhuash en Perú, y este recorrido creo que lo pude realizar gracias a su compañía.

Dos aspectos lo caracterizan entre los demás: la capacidad de no crear problemas y la de dar soluciones sencillas para problemas complejos. Tras dos añitos por sur américa ha vuelto a España una temporada por asuntos personales, lo que hemos aprovechado para volver a vernos. Y las ganas que tenía yo. Es muy fácil pasarlo bien con este chico.

Tras vadear el río, tuvo que hacer equilibrios sobre los estrechos pasillos de caliza. Para acceder a un pino, escaló pasos de IVº y varias placas en adherencia. Un buen vino de mi cosecha y unos bocatas de atún, lo restituyeron (o no). El recorrido a pleno sol, durante toda la jornada lo castigó. La vuelta por el interior del barranco le obligó a hacer parkour saltando de piedra en piedra. Y cada vez, se alegraba más. Así es fácil llevar compañía.

Una de esas jornadas que estás planeando durante meses, para que tu mentor se sienta cómodo y te enseñe.

Y de este modo, comenzó la fiesta.

 

Su propuesta actual es inmejorable en su ámbito. Una bici en autosuficiencia que arrastra un remolque con una mochila de 90 litros. Con un mentor así, uno aprende mucho. Al parecer para probarla ha ido de BCN a Logroño y ha sido todo un éxito, para ello ha dedicado unos 9 días solo para la ida, que ha hecho por pirineos.

Esa misma noche de lunes, mientras planeábamos con una botella de vino como testigo las dos jornadas restantes, decidimos para el martes salir con las bicis y senderismo el miércoles.

La idea para el senderismo, era salir con un grupo con el que salgo esporádicamente, y así se lo hice saber a Smn (Organizador del evento de senderismo). Para el miércoles íbamos a salir a la montaña con un grupo numeroso de personas, lo que apuntaba a ser una ventaja para nosotros ya que con 40 senderistas, el ritmo iba a ser inferior al del martes que íbamos a salir en solitario y en bici.

Y no fue así, no terminó de ser tan fácil el no quedarse el último en un grupo de 40 participantes y eso que nosotros además de deportistas, íbamos entrenados. En fin, una suculenta comida dio fe del triunfo en el recorrido.

Ese día, el despertador tocaba a las 05:30 para coger el coche y bajar a la ciudad desde donde un autobús nos iba a trasladar desde el cementerio a la ruta, a las 07:00 de la mañana.

 

 

 

Japama.

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